sábado, 12 de marzo de 2016

CONFERENCIA DERECHOS HISTÓRICOS DE ESPAÑA EN AFRICA



El pasado viernes día 11 de marzo, formando parte del Aula de  Cultura de la Casa de Ceuta en Cádiz, ha pronunciado el Ilmo. Sr. D. Fernando Caballero Echevarría,  coronel de artillería Jefe del Centro de Formación de Tropas nº 2 (CEFOT-2), la conferencia que lleva por título el del epígrafe, completado con el de "Expediciones españolas en el siglo XIX".
Entre los invitados al acto figuraban el Subdelegado el Gobierno en Cádiz, el Presidente de la Diputación de esta misma provincia, el Coronel Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz y la diputada nacional Felicidad Rodríguez Sánchez así como otros, socios y simpatizantes que completaron el aforo, resultando llena la sala de conferencias de la sede.
Como es obligado, hizo la presentación del conferenciante el presidente De la Yeza, del que desgranó un largo currículo. Es Caballero Echevarría, amén de titular del empleo antes mencionado, doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, lo que le ha permitido, por decirlo así, ahondar en las actuaciones históricas de España en África, y especialmente en el Magreb, escogiendo algunos retazos de sus conocimientos en la materia para componer la conferencia a que nos referimos. De familia de militares, aunque nacido en Madrid, prestó sus servicios en Melilla como teniente y capitán. Actualmente también es Comandante Militar de Cádiz y Gobernador Militar del Campo de Gibraltar y ha recorrido el Rif ocho veces.
Comenzó su disertación rindiendo homenaje a esos exploradores y a esos africanistas que, siguiendo el ejemplo de nuestros conquistadores del Nuevo Mundo de siglos anteriores, entregaron sus vidas a la causa de la grandeza de España y a su expansión por el continente negro. Poco conocidos y menos reconocidos, su sacrificio no obtuvo los frutos que, probablemente hubiera alcanzado de pertenecer a otras naciones más agradecidas con sus hijos y, sobre todo, con políticas exteriores más acordes con los intereses nacionales y llevadas a cabo por gobiernos más fuertes y más responsables que aquellos que tuvo que soportar la España del XIX y primer tercio del XX. Dividió la acción de España en África en dos etapas : la anterior al descubrimiento de América y la que siguió a la pérdida de las colonias continentales americanas, y cuya razón fundamental era la incompatibilidad de la expansión simultánea de España en dos continentes distintos y lejanos como son África y América. Recalcó como, a raíz de las fases finales de la Reconquista y durante la etapa de los Austrias, España estableció un cordón defensivo en todo el norte de África, desde Tánger hasta Trípoli, que después se fue retrotrayendo, básicamente por el empuje otomano, hasta quedar reducido a Melilla, Ceuta y los Peñones, pero que el desastre de 1898 hizo que la atención de los gobiernos españoles, aun de forma errática y vacilante, se enfocara hacia Marruecos, como un proceso de catarsis y de proyección de las energías nacionales, y quizás recordando el testamento de Isabel la Católica que instaba a no abandonar la empresa africana.
Hizo una breve síntesis de los acontecimientos históricos más relevantes que han caracterizado las relaciones entre España y África, haciendo mención, entre otros hechos, del tratado hispano-luso de 1778 sobre Guinea-Rio Muni, del plan de Godoy ya en el XIX para derrocar al sultán de Marruecos y las actividades de Domingo Badía ("Alí Bey"), de la ocupación de la isla guineana de Fernando Poo en 1827, del renacimiento de un africanismo cultural tras la muerte de Fernando VII, de la ocupación de las Chafarinas en 1844, de los fracasados esfuerzos de Sáenz de Urraca para alcanzar un tratado sobre el Sáhara por encargo de Isabel II, de la guerra de África 1859-60, última "guerra romántica" llevada a cabo por España y el tratado de Wad-Ras que la finiquitó, por el que, entre otras ventajas, se obtuvo Santa Cruz de la Mar Pequeña, en el Sáhara. Mención explícita de personajes como Francisco Merry Colom, conde de Benomar, de Joaquín Gatell y Foch ("Caíd Ismail")que sirvió en el ejército del sultán, del "Moro Vizcaíno"(El Hach Mohamed Bagdali, o también José Mª de Murga y Murgategui), de Fernández Duro y su expedición a Santa Cruz en 1877, que la Restauración de Cánovas impulsó como parte de su acción política y como, a finales del XIX y principios del XX, la pésima negociación llevada a cabo con Francia redujo los territorios reconocidos a España a una pequeña parte de lo inicialmente establecido.

El final de la breve pero intensa intervención del conferenciante fue acogida con grandes aplausos por los asistentes, que siguieron con gran interés las explicaciones de Caballero Echevarría  sobre  mapas y  gráficos. El presidente le agradeció su intervención en el aula de Cultura y le entregó como a todos los conferenciantes en recuerdo de esa noche, el anagrama representado en la tacita de plata y el escudo Autonómico de la Ciudad de Ceuta en su interior. Tras la firma en el libro de honor de las personalidades y visitantes, tanto éstas como el resto de los asistentes fueron agasajados con una copa de vino español.

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